Nació en Oaxaca, el 15 de agosto de 1872.
El temple de su espíritu se lo dieron los recios timbres de la tierra de Juárez; voluntad inquebrantable como de águila oaxaqueña; firme ante la adversidad, como roca de Monte Albán.
Caballero del ideal, tropezó contra todas las burdas realidades siguiendo su virtud. Hizo de su ideal un grillete que lo mantuvo al margen de los éxitos mundanos.
Su vida fue sencilla, pero diáfana. Por ello pasó inadvertido protestando contra todas las injusticias, con una frase de bondad para todos los dolores; sufriendo desengaños incontables.
Falleció en los brazos de su hijo, el 3 de junio de 1936, en la ciudad de México.
Romero Flores, Jesús, Historia del Congreso Constituyente 1916-1917, México, SEP, IIJ-UNAM e INEHRM, 2014, p. 48.
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